La ecografía es una herramienta muy útil para el diagnóstico de la bursitis retroaquílea. En la ecografía, se pueden observar los tejidos blandos y la presencia de líquido en la bolsa sinovial inflamada.
Los hallazgos ecográficos de la bursitis retroaquílea incluyen:
- Aumento del tamaño de la bursa retroaquílea
- Presencia de líquido en la bursa
- Engrosamiento de la pared de la bursa
- Cambios en la ecogenicidad del líquido y de la pared de la bursa
- Compresión de la bursa durante la flexión plantar activa
La bursa es una bolsa llena de líquido que actúa como amortiguador entre el tendón y el hueso, protegiendo al tendón de la fricción y el roce excesivo.
Entender la anatomía de la bursa retroaquílea es importante para comprender cómo se desarrolla esta inflamación. La bursa se encuentra en la parte posterior del pie, justo encima del talón. Está formada por dos capas de tejido que se deslizan suavemente entre sí, y contiene una pequeña cantidad de líquido sinovial.
El tendón de Aquiles es el tendón más grande y fuerte del cuerpo humano y se extiende desde los músculos de la pantorrilla hasta el hueso del talón.
Durante la actividad física, el tendón de Aquiles se contrae y se relaja para permitir el movimiento del pie.
Si hay un exceso de fricción o presión en el área, la bursa retroaquílea puede inflamarse, lo que puede causar dolor, hinchazón y limitación en la movilidad del pie.
